Hoy hace seis años de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Una fecha que ha quedado grabada en la memoria de este país, no sólo por la magnitud de los acontecimientos sino, sobre todo, por la magnitud del dolor e impotencia que sufrimos desde ese día. El tiempo cura algunas heridas, otras las deja abiertas como muestra de indignación y repulsa frente al terror.
La herida que se abrió ese día en Madrid no cicatrizará nunca. Conservamos en nuestro corazón la memoria de cada una de las personas que perdieron su vida, de los miles de ciudadanos que quedaron heridos, de sus familiares y amigos. A ellos va dirigido principalmente nuestro apoyo y reconocimiento, pero también a todas las personas que colaboraron desinteresadamente y a los profesionales que atendieron a las victimas. La sociedad entera supo estar a la altura de las circunstancias. Y no era fácil.
España demostró que es un pueblo solidario y comprometido, responsable y maduro. Que la respuesta que más daña los intereses de la sinrazón y la barbarie es la unidad. Que la violencia y el odio sólo se combaten si estamos unidos. Que juntos podremos algún día ser nosotros, los demócratas, quien celebremos el aniversario de un mundo sin terrorismo y sin violencia.
jueves, 11 de marzo de 2010
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