jueves, 11 de marzo de 2010

POR EL VI ANIVERSARIO DEL 11 M

Hoy hace seis años de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Una fecha que ha quedado grabada en la memoria de este país, no sólo por la magnitud de los acontecimientos sino, sobre todo, por la magnitud del dolor e impotencia que sufrimos desde ese día. El tiempo cura algunas heridas, otras las deja abiertas como muestra de indignación y repulsa frente al terror.

La herida que se abrió ese día en Madrid no cicatrizará nunca. Conservamos en nuestro corazón la memoria de cada una de las personas que perdieron su vida, de los miles de ciudadanos que quedaron heridos, de sus familiares y amigos. A ellos va dirigido principalmente nuestro apoyo y reconocimiento, pero también a todas las personas que colaboraron desinteresadamente y a los profesionales que atendieron a las victimas. La sociedad entera supo estar a la altura de las circunstancias. Y no era fácil.

España demostró que es un pueblo solidario y comprometido, responsable y maduro. Que la respuesta que más daña los intereses de la sinrazón y la barbarie es la unidad. Que la violencia y el odio sólo se combaten si estamos unidos. Que juntos podremos algún día ser nosotros, los demócratas, quien celebremos el aniversario de un mundo sin terrorismo y sin violencia.

lunes, 1 de marzo de 2010

COMO UNA LEYENDA

“Era como la leyenda del monstruo del lago Ness, pero en versión política y en el Senado. Es decir, algo, en este caso alguien, que se cree que existe pero que nadie ha logrado ver en 22 meses.” Con estas palabras me resumía el otro día un amigo la existencia que hasta ahora ha llevado en el Senado Maria Dolores de Cospedal, a la sazón secretaria general del PP, y senadora por designación autonómica de nuestra Comunidad.

Y lo cierto es que no le faltaba un ápice de razón a mi malediciente amigo. En efecto, en estos 22 meses de legislatura, Cospedal apenas ha sido vista en su escaño de senadora. Cual estrella fugaz aparecía a apretar el botón en las votaciones, las veces que venía, y de la misma forma, como si de un pase mágico del gran Tamariz se tratara, desaparecía ante la mirada atónita de los presentes. Soy testigo de ello.

Desde que se iniciase la legislatura, la Cámara Allta ha realizado un total de 143 votaciones. Cospedal asistió a 51 de ellas y se ausentó en 92 ocasiones. La senadora del PP tiene registradas 141 preguntas escritas. Parecen muchas, pero si uno se molesta en buscarlas, comprueba que son la misma una y otra vez.

Tal vez por eso, por las pocas ganas que parece que tiene de trabajar en el Senado por quienes la han elegido, que no son otros que los castellano-manchegos, es por lo que nuestra amiga estuvo retrasando con su partido, durante nada menos que siete meses, la llegada al Senado de su homóloga en el partido socialista, Leire Pajín.

Sabía María Dolores que si su rival política se convertía en senadora, habría llegado la hora de tener que trabajar en el Senado. “No vaya a darse cuenta alguien de que yo no hago nada”, debió pensar.

Pero hete aquí que como el tiempo es el juez que pone las cosas en su sitio, tras 22 meses de inactividad, se vio forzada a aparentar; a hacer ver que trabaja, vamos. Y no se le ocurrió mejor ocasión que formular una pregunta oral en sesión de control al Gobierno. Nadie mejor que la ministra Chacón para lucirse, pensó Cospedal.

No tuvo en cuenta un pequeño detalle. Chacón es la ministra de Defensa y traía la artillería preparada para poner en su sitio las cosas. No dudó un instante la ministra en recordarle a la numero dos del PP que jamás había abierto la boca en esta cámara en dos años, y al ritmo de trabajo que ha demostrado lo más probable es que no vuelva a realizar otra pregunta hasta dentro de otros dos. Nada se le puede que reprobar a la ministra. Tuvo ocasión de gol, y remató a puerta, por mucho que algunos, en un patético intento por justificar a Cospedal, quieran hacernos creer que perdió los papeles

Desde castilla-la mancha, algún compañero de mi partido ha dicho estos días que la pregunta de Cospedal es la pregunta más cara de la historia del parlamentarismo español y que razón tiene.


Unos 200.000 euros si se suman las nóminas que Cospedal tiene entre sus retribuciones como senadora y secretaria general del PP.

Pero cuestión monetaria aparte, sí creo que es la pregunta más cara de la historia del parlamentarismo español. No trabajar por quienes te han elegido para que les representes, tiene un coste. Traicionar la confianza de los castellanos-manchegos, tiene un coste. La pérdida de credibilidad que te da tener un currículum de una sola línea en el senado en dos años, tiene un coste. Tratar de escurrir el bulto de tu responsabilidad por tu no trabajo, tiene un coste. Y es que, como dice el conocido slogan, hay cosas que no tienen precio.

Los castellano-manchegos, amiga Cospedal, merecen un poco más de respeto. Esperamos que ahora que ha decidido asistir algo más al Senado, aunque sea a rebufo del trabajo parlamentario que desarrolla Leire Pajín, le veamos interpelar al Ejecutivo o defender una moción. Le veamos al menos aparentar que defiende los intereses de esta tierra y de sus ciudadanos. Ellos se lo agradecerán, se lo aseguro.